
Apenas pasados unos años desde su fundación, la cofradía del Dulce Nombre de Jesús tuvo siempre a su cargo, entre otras, una imagen de la Virgen.
Una imagen de Nuestra Señora de la que desconocemos su advocación, y a la que, por ejemplo, en 1594, Catalina Velázquez, una vecina villalbera le manda una saya de raso morado que tengo de mi vestir. O como Juana López que en 1601 manda a la imagen de Nuestra Señora de la cofradía del Dulce Nombre de Jesús una saya y mangas de tafetán negro nuevo que yo tengo. O Elvira Martín, que ese mismo año le deja a la cofradía un jubón de tela negra y una toca de seda de mi hija a la cofradía del Dulce Nombre de Jesús para la imagen de Nuestra Señora.
Pero quizás lo más curioso y el dato que más nos llama la atención es el que tenemos del año 1595 en el que con motivo de las gestiones realizadas por la cofradía para ganar de su Santidad bula e jubileo plenísimo en favor de la dicha cofradía e de sus hermanos se hace mención a la advocación mariana que en esos momentos ocupaba uno de los altares de la cofradía.
Y no es otra que Nuestra Señora de los Remedios (situada en el altar de Nuestra Señora de los Remedios de la dicha cofradía).
Así que podríamos pensar que la primera imagen de la virgen asociada a esta cofradía del Nombre de Jesús fue la virgen de los Remedios.
Una cofradía, la del Dulce Nombre de la que todavía hay muchas cosas que contar.